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24 julio 2011

Y en ese preciso instante mi corazón dejo de latir, por unos segundos interminables nada pareció real. Mis ojos clavados en ese rostro imposible no pudieron retener mis sentimientos que escaparon nublando mi visión por completo.

Desesperada por verle de nuevo me quite las lagrimas con las mangas de mi campera, respirando rápido y volviendo a sentir mi corazón, quien se aceleró de repente y el calor me inundo el cuerpo. Mi mirada se enfocó de nuevo en el rostro que esta vez dirigía sus profundos ojos color cielo en mi dirección, clavando su mirada y paralizándome momentáneamente.

Sentí el fuego en mis mejillas mientras bajé la vista, extremadamente avergonzada pero a la vez feliz de que él supiera que yo existía.








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